No hagas, ni dejes que él te haga esto en la vagina.
- JovenesProducciones.com

- 1 sept 2017
- 3 Min. de lectura

Tu zona sur es una de las más sensibles de tu cuerpo, cuídala.
La vagina es un órgano por demás sensible, por lo que se mantiene en riesgo constante si no tenemos las precauciones pertinentes para cuidarlo.
Seguramente ya debes conocer los principales factores que le generan infecciones complicadas; entre ellas podremos nombrar a la falta de higiene, el uso de ropas muy apretadas o el sexo sin protección, entre otros.
Sin embargo hay peores riesgos que esos y debes poner atención a ellos para evitarlos. Aquí están:
Usar protectores diarios todos los días.
Usar esta clase de absorbente todos los días puede perjudicar la salud íntima porque deja esta región más caliente y húmeda.
El resultado es que transforma tu zona sur en el medio perfecto de cultivo de bacterias. Esto favorece la aparición de infecciones vaginales y el aumento de flujo vaginal.
Intentar cambiar el olor de tu vagina.
Es preciso que entiendas que esta región de tu cuerpo tiene un olor particular y esto es completamente normal. Tal vez a ti te incomode y te parezca que huele mal pero, ¿qué tal si haces la prueba y le preguntas a tu pareja para ver qué opina?
La vagina es un órgano cerrado caliente, húmedo y produce una transpiración ocasionando un olor que es natural y totalmente sano.
Solo debes preocuparte cuando:
Empieces a presentar descargas de flujo fuera de lo común
Nunca subestimes tu olor ni lo trates de ocultar.
Usar cualquier cosa como lubricante.
La vaselina y cualquier otro tipo de productos de petróleos puede ser realmente una forma de infección. Si quieres usar lubricante, necesitas un aceite de alta calidad con pH neutro.
No te hará nada bien usar productos improvisados como mantequillas o aceites de cocina, porque existe la probabilidad de que te causen quemaduras y alteren tu pH natural.
Nunca insertes objetos extraños, alimentos o algún dispositivo no hecho para ese fin dentro de ella.
Adiós a las duchas vaginales.
Se entiende que quieras mantener todo tu cuerpo limpio y sin malos olores, pero debes tener presente que el exceso de limpieza no le hace nada bien a tu vagina.
Algunas mujeres gustan de duchas vaginales para asear sus partes íntimas, siendo esto totalmente innecesario.
De hecho, puede resultar bastante peligroso porque eso puede causar un desequilibrio horrible de las bacterias típicas. Algunos ginecólogos culpan a este hábito por la inflamación pélvica y la vaginosis bacteriana.
Lo mejor que puedes hacer para mantener tu vagina limpia es lavarla con agua y jabón con pH neutro durante tu baño.
A continuación, seca con una toalla de algodón limpia, sin hacer demasiada fricción ni restregar.

No expongas tu vagina a vapores.
“Cocinar” tu vagina en un spa es una tendencia en estos días, y sí, esa palabra describe perfectamente lo que se hace.
Te sientas en un tipo específico de spa sin ropa interior, en asientos especiales que tienen vapores que salen de ellos, emanando directamente a tu parte inferior.
Con cualquier tipo de tratamiento caliente se mejora la circulación de la sangre en el área, pero de estos métodos se han visto salir quemaduras, irritaciones y, de cualquier forma, no hay pruebas científicas de la eficacia de ese procedimiento.
En las relaciones sexuales.
No permitas que él te meta los dedos a esta cavidad. Como sabrás los dedos son parte de la mano y por lo general siempre están expuestos a cualquier suciedad o contagio. Si introduces tus dedos o dejas que alguien los haga estas ingresando impurezas y bacterias a tu organismo.
Cuando estés con tu pareja, date cuenta que él esté totalmente aseado. Si practicas esto, procura desinfectarlos bien.




















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