¿Solo un chichón? Qué hacer cuando los niños se golpean la cabeza
- JovenesProducciones.com
- 13 dic 2020
- 4 Min. de lectura

¿Qué son las concusiones? Son lesiones en el cerebro. No hay hinchazón, sangrado ni moretones en el interior. Pero sí hay una disrupción en la función cerebral. El cerebro trabaja, pero no a su total capacidad. No hay tal cosa como una concusión ligera, dice el doctor Mark Halstead, médico pediatra. Los síntomas pueden ser severos o leves, pero la lesión ha ocurrido.
Las concusiones suelen estar relacionadas con los deportes, y el fútbol americano es el que conlleva más riesgos, el doble que el fútbol o balompié para los niños, aunque este último es el que más causa lesiones entre las niñas. Al otro extremo de la tabla está la natación, el deporte de más bajo riesgo.
Las señales de que una concusión ha ocurrido pueden ser: dolor de cabeza (el más común), vómitos, problemas de equilibrio o de visión, fatiga, sensibilidad al ruido o a la luz, confusión o adormecimiento.
También puede haber complicaciones para dormir, sea que el niño duerma más o menos de lo habitual. Hay señales cognitivas, como neblina mental, lentitud, dificultad para concentrarse, memorizar o recordar. Y así mismo en lo emocional: irritabilidad, tristeza, sensibilidad o nerviosismo.
La mayoría de estas señales, dice Halstead, no pueden verse fácilmente y requieren observación del niño en los momentos posteriores al golpe.
¿Cuándo ir a la sala de emergencias? El pediatra enumera:
Una prolongada pérdida de la conciencia (medir el tiempo para informar al médico).
Un dolor de cabeza que empeora progresivamente, o el peor dolor de cabeza que haya tenido el niño.
Dificultad para despertarse o estar alerta.
Convulsiones.
Insensibilidad en piernas o brazos.
Vómito repetido.
El niño probablemente pueda volver a casa bajo observación. O le pidan que permanezca en el hospital unas horas más. Es posible que necesite una tomografía computarizada.
¿Qué tal si a su hijo se le permite volver a casa? Inicialmente, dice Halstead, hay que darle un descanso al cerebro. Reduzca actividades que aumenten la frecuencia cardiaca o la presión sanguínea: deportes, gimnasia, uso de bicicletas o patinetas. Eso no significa mantenerlo acostado o sentado todo el día. Anímelo a algo ligero y beneficioso, como una caminata. A medida que su hijo mejore, esto cambiará. Pero no reincorpore el ejercicio intenso hasta que se lo indiquen.
También se recomienda reducir el estrés cognitivo. Bajar la carga de tareas escolares y pedir una prórroga para los exámenes. Haga ajustes en casa, en la iluminación y el ruido. “No trate la concusión como un castigo”, advierte Halstead. No le quite todos los dispositivos electrónicos ni la televisión. Minimice el tiempo de uso y prohíba que los use en una habitación oscura.
¿Cuándo se recuperará mi hijo del golpe en la cabeza?
La respuesta específica la tendrán los médicos que traten su caso. Pero las cifras suelen ser positivas. “El 70% de los chicos de 5 a 18 años se recupera satisfactoriamente de las concusiones en un promedio de 28 días”, concluye la doctora Karen McAvoy, psicóloga.
Ella tampoco está de acuerdo con que los niños sean ‘castigados’ con inmovilidad y nada de juegos. Y se enfoca en un aspecto que los padres pueden controlar mejor que los médicos: la reincorporación a las clases escolares. Si bien tendrá un tiempo de descanso, el niño necesitará actividad mental ligera: un poco de lectura, tiempo en familia y algo de interacción con los aparatos electrónicos.
Asimismo, usted irá añadiendo pequeñas cantidades de actividad física y social, lo suficiente para los niveles de energía que su hijo tenga al momento, para que no se sienta abrumado.
El 70% de los chicos de 5 a 18 años se recupera satisfactoriamente de las concusiones en un promedio de 28 días.
Dos estrategias para evitar la fatiga mental en un niño que se ha golpeado la cabeza
La doctora McAvoy propone dos tipos de descanso, ninguno de los cuales significa irse a dormir durante el día.
El receso. De 5 a 10 minutos para descansar los ojos, la mente y tomar agua, en una posición cómoda, sentado o con la cabeza apoyada en la mesa. entre periodos de actividad.
Tomar un descanso más prolongado, 20 minutos en la media mañana y 20 minutos en la media tarde, en el que el niño pueda hacer algo ligero que a él le plazca. No es una siesta. “Mantenga las siestas al mínimo”, dice la psicóloga. Dormir de día puede afectar el sueño nocturno, necesario para recuperarse de la concusión.
Pero los profesores también estarán involucrados. Hable con ellos para que sepan que aunque su hijo esté presente en la clase, no estará rindiendo a su capacidad óptima. “Algunos médicos recomiendan que el niño no asista a clases hasta que se recupere por completo”, dice McAvoy, “pero esto no es válido porque podrían ser semanas de inasistencia. La Academia Americana de Pediatría aconseja retornar a la escuela en cuanto los síntomas sean tolerables, intermitentes y no afecten el descanso.
Es común que, al principio, los chicos tengan algo de dificultad con aprender y recordar nuevo material. Los profesores pueden optar por excusar al estudiante de las pruebas las primeras dos semanas, y retomarlas luego progresivamente. También pueden usar métodos creativos de evaluación, como exposición oral, libro abierto o collage.
Si su hijo aún tiene síntomas que le impiden desempeñarse bien en clases después de las 4 semanas o 28 días de referencia, pregunte a su médico por terapias de rehabilitación. (I)
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